Agradecida
Ver tu bondad en todo mi caminar
Es algo que no puedo negar
Me asombra tu amor, tu soberanía,
Como cuidas de mí de noche y de día.
Cómo no agradecerte, si cuando de ti huía,
Viniste como el aire que necesitaba mi vida,
No solo me salvaste de la perdición,
Me diste un nuevo rumbo ademas de salvación.
Pagaste el precio más alto, con tu propia vida,
Me acercaste al Padre, me hiciste su hija;
Cómo no vivir contigo agradecida,
Si ya no hay condenación y ya no estoy perdida.
Voy rumbo a la ciudad querida
La cual compraste un día
A precio de sangre, entregando tu vida.
Andrea Reyes de Vasquez