EN LA ETERNIDAD


Cuando pienso en la eternidad, no puedo dejar de lado

Tu dolor, tu sufrimiento y los clavos.

Cuando pienso en la eternidad y lo hermoso de estar allá,

No puedo dejar de pensar, en el precio de tu humillación, tu angustia, azotado, tu sudor en sangre todo por mi pecado.

Cuando pienso en la eternidad, no puedo dejar de pensar,

En tu obediencia, y rectitud,  tu abnegación y  tu incompresible amor.

Cuando pienso en la eternidad, más que la corona que sin merito pueda ganar,

Pienso en la gracia irresistible que me llevo a conocerte, a  amarte, a seguirte

Y aunque muchas veces tropiece en la carrera,

Es un regalo seguro que no hay quien lo pierda.

Cuando pienso en la eternidad,

No puedo dejar de preguntarme, ¿por qué yo Señor?

¿Por qué me libraste de la condenación?

Pero solo puedo contemplar el regalo de tu perdón.

Algún día en la eternidad, podre correr y abrazar

A aquel que tomó mi lugar sin condición,

Que mirando al cielo dijo consumado es,

Dándome un nombre, una familia y un Padre

Aseguró la eternidad al precio de Su sangre.

Andrea Reyes de Vasquez

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