El verdadero regalo de la navidad
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 9:6
Si bien es cierto que este año 2020 ha dejado marcada la historia y las mentes de muchos como un año trágico, con muchas pérdidas humanas y económicas, llegando ya casi al final de este y como para tomar un poco de esperanza en medio del caos, muchos se reunirán a celebrar la navidad, tiempo de familia, amor y regalos, justo para que reflexionáremos en el más grande y hermoso regalo que la humanidad ha recibido: Dios hecho hombre, vino a la tierra a salvar a los pecadores, la verdadera razón de la navidad.
Debido al pecado que entró en la humanidad (Génesis 3), Dios nos dio la promesa de enviar al salvador, que había previsto desde antes de la fundación del mundo; Jesús nunca fue el plan B, siempre desde la eternidad ha sido y fue el único plan. Nos ha nacido en la ciudad de Belén un Salvador, el único y suficiente Salvador, para un mundo sin esperanza, en Él está toda nuestra esperanza, en su sacrificio, en su justicia, en sus meritos.
Ningún ser humano por bueno que se crea (la Biblia dice que no hay bueno, ni uno. Romanos 3:12) puede salvarse de la condenación eterna, solo mediante la fe en Cristo y en su obra redentora. El año 2020 nos ha dejado grandes lecciones de vida: valorar la familia, los amigos, los abrazos, el cariño, la libertad de no estar afanosos, que todo viene y va, y que nada se escapa de la buena mano del Dios Soberano.
Lo que más debemos recordar en esta navidad, no es la pandemia que golpeó el planeta, las perdidas, la miseria; sino la misericordia de Dios que sigue renovándose cada mañana, su unigénito hijo que vino a dar esperanza a este mundo caído. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habito entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como el unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.” Juan 1:14.
Celebremos pues la navidad recordando el nacimiento, muerte y resurrección de nuestro amado Salvador; si no tienes confianza, si lo has perdido todo, si un ser querido ya no está, solo Dios puede darte esperanza, aliento y consuelo a través de Jesús, de su amor incomparable. Jesús no se quedó en un pesebre siendo niño, Él fue obediente hasta la cruz, por obediencia al Padre y por amor por ti.
Recuerda que se hizo pecado por nuestros pecados, es Consejero, Mediador, Roca, Emmanuel, Dios con nosotros. “El evento más importante de la humanidad no es que el hombre llegara a la luna, sino que Dios caminara sobre la tierra”.
Feliz navidad en Jesús.
Andrea Reyes de Vasquez.