Todo tiene su tiempo

 

Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.

Filipenses 1:6

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Aun puedo recordar aquellas oraciones en mi casa del campo, donde permanecía mucho tiempo a solas y siempre rogaba a Dios que, si había algo en mí o algo que yo pudiera hacer para traerle gloria, ahí estaba, completamente dispuesta; muchas veces repetía la frase del profeta Isaías: heme aquí, envíame a mí; mi mayor anhelo era y sigue siendo, servir a Dios.

Era el año 2012 y el Señor apenas estaba preparando mi corazón, no conocía el diseño de la mujer bíblicamente, fue hasta el 2015 que conocí unas hermanas en Barcelona que me compartieron esas verdades bíblicas y todas esas enseñanzas tan maravillosas que llegaron como un oasis en el desierto. Aunque amaba al Señor y lo obedecía, Dios todavía no había despertado mi corazón para lo cual me había creado.

No dejé de orar para que mi vida fuese usada para glorificarle, pero para ello tenía que pasar por el horno del alfarero Dios, para pulir mi carácter y hacerme más como Cristo, romper el orgullo de mi corazón, para que nada le quite la gloria (Jeremías 18:1-6) y también mostrarme el maravilloso diseño de la mujer para transmitirlo a otras, como enseña (Tito 2).

Doy gracias a Dios porque su tiempo es perfecto, mis oraciones no solo fueron escuchadas, sino que durante ese tiempo Dios trabajo en mí aun sin que yo lo percibiera, muchas veces me sentía dejada en el camino por otras mujeres que crecían mucho más rápido que yo, pero Dios iba trabajando en mi corazón y a través de las muchas pruebas, circunstancias que Él ha consentido, ha creado una dependencia de su Gracia; puedo decir que ahora es el tiempo de Dios, me ha permitido ocuparme de otras mujeres aun en la distancia que ni siquiera están aquí en Europa donde yo vivo (París), tener amor , compasión por ellas, llevarlas a Cristo; me ha llenado el corazón de agradecimiento, permitiéndome plasmar por escrito todos estos pensamientos, del diseño de Dios para la mujer, mi rol como esposa, como madre, como hermana en la fe etc. que Él utilizó para transformar mi vida y me ha dado una gran pasión de vivir Tito 2 en mi casa, en mi iglesia, y donde Él quiera y permita; gracias a Dios por la tecnología que acorta distancias.

Se que todavía tengo mucho que aprender y siempre pido a Dios que me dé un corazón enseñable, afable y apacible (1 Pedro 3:4), humilde para reconocer mis fallas y limites; pero siempre dispuesta, para que Él use mi vida como Él quiera, donde Él quiera, porque a través de todos estos años pude aprender y comprender que el tiempo de Dios es perfecto (Eclesiastés 3).

Así que, si tu mi hermana estas en ese tiempo de búsqueda, de espera, no te desesperes, Dios está preparando tu vida para lo que en su misericordia has sido llamada, es tiempo de aprendizaje, de preparación, recuerda que todo lo que hagamos debe ser con el único propósito de traerle Gloria (Salmos 57:5), el vivir Tito 2 no es solo un deseo que Dios pone en algunos corazones, es un mandamiento para todas las mujeres cristianas y como dice una hermana en la fe, siempre habrá una mujer más joven que tú, así que no hay excusa, vale la pena servir a Cristo.

Andrea Reyes de Vasquez.