El amor demostrado en medio del caos

 

“Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.”

Romanos 5:8

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El amor que Dios nos otorga es inmerecido, es sacrificial, es incondicional y demostrado, Dios nos dice en su Palabra que ese mismo amor debemos darnos unos a otros y yo me pregunto ¿hasta qué punto hemos comprendido la magnitud de ese amor? ¿Seremos capaces de morir por alguien? ¿Dar un órgano de nuestro cuerpo? Si es un hijo, uno de nuestros padres o nuestro cónyuge, seguro no lo pensamos o tal vez medimos los méritos humanamente, pero gracias que Dios no lo hace así, nos ama y se entregó por su propia voluntad, nos da su amor incondicional, no por lo que hagamos o creamos merecer.

En estos tiempos donde la tierra ha sido sacudida por este microscópico virus y donde el mundo de todos fue en su mayoría transformado, en el trabajo, escuela, casa, familia, aun las reuniones familiares o eclesiásticas han sido canceladas, los abrazos y los besos se han vuelto prohibidos, donde el Señor habla a sus hijos dándoles esperanza porque cosas como estas ocurrirían antes de su venida, algunos reciben consuelo, otros por el contrario entran en pánico por tan inesperada pandemia que ha revolucionado el mundo incluso su economía.

Creo que no olvidaremos tan fácilmente el Coronavirus y todo lo que ha causado, puede que a muchos les haya sorprendido y no es para menos ver como las personas llenaban sus carros de compra como para alimentar a un batallón, hasta el papel higiénico se hizo popular protagonizando varias imágenes graciosas conocidas como “memes” y desafíos (challenges) en las redes sociales, viendo así como en un espejo, como nos enseña la palabra de Dios el egoísmo humano, el “primero yo y lo demás puede esperar”, “con tal que a mí no me toque no me importa mi vecino”, esto debido a la falta de conocimiento de Dios y obediencia a sus principios, pues el Señor nos llama a vivir según sus estatutos; sin embargo no todo es negativo, por el contrario es muy alentador que en medio de este caos todavía hayan personas que quieren ayudar a otros de una manera u otra: con sus oraciones, con una palabra de aliento, donando un mercado, también con dinero, etc., eso precisamente hace parte del amor demostrado ¡del evangelio! El Señor nos enseña a través de su palabra a despojarnos, a negarnos, a amar al prójimo como a nosotros mismos, a orar por los que sufren, a consolar, a ser luz y sal en este mundo caído y más aun recordando lo que dice su palabra: llamados a dar buenas nuevas de salvación y consuelo.

Es tiempo iglesia del Señor de usar estos medios de comunicación para compartir la belleza de su evangelio, del perdón de Dios, de su amor y justicia, es una oportunidad que se nos brinda para llegar a muchos lejos o cerca, sin salir de casa, es una muestra de amor, que muchos lleguen al conocimiento pleno de la verdad (1 Timoteo 2:4).

Cuando llegó el boom de esta epidemia a Francia (país donde vivo) mi esposo se encontraba lejos de casa, en un estudio intensivo para pastores del ministerio 9 Marks en los Estados Unidos. Sabemos que Dios tiene el control de todas las cosas y cuida de nosotros, y todo lo que pasa hace parte de su buena, agradable y perfecta voluntad, pero reconozco que a pesar de saberlo y creerlo, en tiempos como estos fue difícil tener lejos a mi esposo por supuesto también para nuestra hija, juntas rogábamos a Dios por su pronto regreso a casa y para que fuese guardado de todo lo que está ocurriendo. El último día del intensivo fue anulado y la mayoría de los hermanos que volvían a Europa pudieron regresar a sus casas, pero no así mi esposo quien tenía el regreso por una ciudad diferente a la del intensivo, así que en la providencia de Dios, pudo viajar a dicha ciudad donde vive su hermano y algunos familiares, y ahí pudo compartir el Evangelio con ellos, pude entender que esa era la voluntad de Dios, y no el traerlo inmediatamente a casa, el Señor indudablemente tiene un tiempo para todo. Luego de muchas oraciones y llamadas, mi esposo pudo encontrar un vuelo a París, días antes del cierre total de los aeropuertos, por lo cual damos gracias a Dios, pues hemos visto su bondad y su amor inexplicable en todo lo que El permite en nuestras vidas, dándonos así una y otra vez esa dependencia a su Increíble Gracia; mi corazón está muy agradecido.

Por eso mi hermana y haciendo memoria de nuestro versículo del día de hoy Romanos 5:8 pero Dios muestra su amor para con nosotros… el amor debe demostrarse y no solo en palabras, sino en hecho y en verdad, el amor no puede ser secreto, o solo a través de oraciones, aunque esto sea una muestra de amor, el amor se demuestra en actos, dejando de lado nuestros pensamientos egoístas centrados solamente en nuestro pequeño círculo familiar o social, pues eso no fue lo que hizo Cristo, nuestro mayor ejemplo, su amor fue incondicional para todos sus escogidos, en toda la tierra; no cabe duda que entre más cercana sea la relación, será más profunda, y por lo tanto más fácil que seamos dados a dar, pero Dios no lo hace así, así que no es necesario conocer las personas para darles tan maravillosa noticia del amor de Dios y su perdón, El no hace acepción de personas nosotros tampoco debemos hacerlo. En este tiempo de caos y de desesperanza compartamos el amor de nuestro Dios, un amor sacrificial, incondicional y demostrado, llevando esperanza en Jesús a este mundo caído.

Que este tiempo te puedas llenar de su verdad más y más, buscando su rostro; que aproveches para estar en familia, siendo la esposa respetuosa que tu esposo necesita, animándolo a tomar ese rol de liderazgo en tu hogar, así mismo y no menos importante pasar tiempo con tus hijos (si los tienes) para enseñarles la verdad de Dios, sus principios y dejar huellas en sus corazones, jugar con ellos, es la manera más practica en que se aprende; leyendo un buen libro, tal vez venciendo la timidez y compartiendo la esperanza que tenemos los hijos de Dios, muestra a Cristo, consuela, ama, trae gloria a Dios, en esto consiste el amor en que el mundo vean en nosotros a Dios reflejado.

Andrea Reyes de Vasquez